El blanco austero de la luz boliviana produce un impresionante contraste con el interior en sombras, rico en colores primarios. La nave central es larga, alta y angosta a la vez, de manera que las paredes laterales se imponen. Cada espacio sobre la pared ha sido cubierto con figuras, flores, aves o motivos geométricos. Todas las escenas relatan historias bíblicas: el arca de Noé, Adán y Eva, el juicio final. Las figuras -entre ingenuas y rústicas- producen una sensación confusa: recuerdan imágenes conocidas pero a la vez resultan algo asombroso y nunca visto.
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Curahuara de Carangas da testimonio que la imaginación aliada con la fe no solo mueve montañas, también es capaz de crear la más abigarrada belleza.
2006