Estimados señores El Faro,
Escribo en respuesta a la columna de opinión titulada “Un gobierno sin (Con)cultura” y firmada por Carlos Dada, director de El Faro, y al vídeo reportaje titulado “Presidencia de Concultura: entre el caos y la burla” de la periodista Rosarlin Hernández, ambos de reciente publicación en su periódico digital.
A pesar de no haber formado parte de ninguna de las discusiones y debates recientes sobre el tema de las políticas culturales del nuevo gobierno, ni haber asistido a la convocatoria reciente con el objetivo de proponer los candidatos más idóneos a la presidencia de Concultura, (convocatoria a la que alude en su columna y vídeo reportaje) creo es importante salir en defensa de las más de trescientas personas del sector cultura reunidas en esa ocasión.
Importante es, en primer lugar, exigir a El Faro tratar ese evento con el respeto que merece.
En ningún momento de nuestra historia reciente se ha visto una iniciativa ciudadana independiente en torno a la cultura, con una asistencia espontánea tan masiva y diversa, como la reunida el pasado miércoles 10 de julio. Convocada por correos electrónicos y de palabra en palabra, más de trescientas personas –escritores, artistas, gestores, maestros- se hicieron presentes para dar su voz y hacer acto de presencia representando tanto los intereses de su sector como su apoyo a la importancia de la cultura en el rumbo de una nación incluyente.
El sector de las artes –al cual yo pertenezco de profesión y con pasión- y sus artistas ha sido el más descuidado por todos los gobiernos y partidos de oposición por igual. A pesar de ser uno de los actores principales en dinamizar y sensibilizar nuestra sociedad, el gremio de artistas no cuenta con apoyos estatales, incentivos fiscales, derechos laborales, ni cobertura de salud. Y sin embargo, día a día, entregamos al país y a su gente escenografías, composiciones, coreografías, cuentos y poemas que nos hablan de quien somos como país y nos hacen entender el mundo desde diferentes perspectivas.
Presentar el vídeo reportaje del evento en mención con un fondo musical circense en son de burla, y luego en su columna de opinión describir esa participación ciudadana como “un circo con malos payasos” y “vergonzoso show” me parece descalifica con tonos y adjetivos peyorativos un movimiento ciudadano que merece ser analizado desde una óptica al menos objetiva e idealmente constructiva.
Por la libertad con respeto a la diversidad,
Queda de usted,
Mayra Barraza
Artista
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