“Gracias Dios mío por dejarnos llegar a octavos de final…” reza uno de los exvotos en exposición esta temporada del Museo de Arte.
“Exvotos Contemporáneos Mexicanos” es él título explicativo del conjunto de obras que circula por Latinoamérica y que ahora descansa por unos meses en nuestro país. Es un homenaje al arte del retablo popular por 41 artistas dedicados a tan noble oficio.
Los exvotos pictóricos son obras de pequeño formato, comúnmente pintadas sobre lámina que incluyen leyendas escritas al pie, y son usadas en la tradición mexicana católica para agradecer dificultades superadas.
En esta muestra, imágenes pintadas de las Chicas Poderosas, la Virgen de Guadalupe, banderas, serpientes, ángeles, corazones y todo tipo de figuras se entremezclan para dar las gracias.
Casos personales salen a relucir, como el del joven casi devorado por un cocodrilo hambriento que, “...sin tener quien le ayudara, se hizo el muertito y encomendándose al señor de las maravillas le pidió de todo corazón que si lo ayudaba ya no seria tan borracho”.
El arte tiene poderes milagrosos, no lo duden. Lo atestigua uno de los pintores, quien en su retablo agradece a la Venus de Botticelli, pues le “concedió la dicha de encontrar el amor, cuando más hundido estaba en el mar de la soledad y la desesperación...”
También se hacen peticiones profundamente sentidas, como el que pide a la Virgen de Guadalupe ”de todo corazón que ayude a los niños de la calle y a todos los pobres de este país”.
Todos tienen en común que parten de un acto de fe en el azar, los milagros, el santo niño, la virgen o el señor de las maravillas; y que agradecen aquello que para ellos - y creo que para todos nosotros también - tiene valor: la vida, el amor, la buena salud y sonriente fortuna.
“Exvotos Contemporáneos Mexicanos” es él título explicativo del conjunto de obras que circula por Latinoamérica y que ahora descansa por unos meses en nuestro país. Es un homenaje al arte del retablo popular por 41 artistas dedicados a tan noble oficio.
Los exvotos pictóricos son obras de pequeño formato, comúnmente pintadas sobre lámina que incluyen leyendas escritas al pie, y son usadas en la tradición mexicana católica para agradecer dificultades superadas.
En esta muestra, imágenes pintadas de las Chicas Poderosas, la Virgen de Guadalupe, banderas, serpientes, ángeles, corazones y todo tipo de figuras se entremezclan para dar las gracias.
Casos personales salen a relucir, como el del joven casi devorado por un cocodrilo hambriento que, “...sin tener quien le ayudara, se hizo el muertito y encomendándose al señor de las maravillas le pidió de todo corazón que si lo ayudaba ya no seria tan borracho”.
El arte tiene poderes milagrosos, no lo duden. Lo atestigua uno de los pintores, quien en su retablo agradece a la Venus de Botticelli, pues le “concedió la dicha de encontrar el amor, cuando más hundido estaba en el mar de la soledad y la desesperación...”
También se hacen peticiones profundamente sentidas, como el que pide a la Virgen de Guadalupe ”de todo corazón que ayude a los niños de la calle y a todos los pobres de este país”.
Todos tienen en común que parten de un acto de fe en el azar, los milagros, el santo niño, la virgen o el señor de las maravillas; y que agradecen aquello que para ellos - y creo que para todos nosotros también - tiene valor: la vida, el amor, la buena salud y sonriente fortuna.
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