7.1.06

Cadáver Exquisito - Vida en MARTE

Un hombre gigante con brazos y piernas abiertos, extendidos en señal de victoria, hombre anónimo, hombre universal. Es el mural realizado hace más de cuarenta años por la artista salvadoreña Violeta Bonilla.

Un grupo de figuras en actitud combativa, lideradas por una mujer al vuelo que con su puño cerrado apunta hacia San Salvador. Es el Monumento a la Revolución de Zúñiga, famoso artista de origen costarricense.

Ambas obras de arte pasan a ser ahora el batallón de escolta del recién inaugurado Museo de Arte Moderno de El Salvador, cuyas siglas MARTE nos refieren al dios de la guerra de la mitología romana, famoso por su valor y coraje.

El esfuerzo e infatigable impulso de la Fundación Museo de Arte Moderno de El Salvador junto con la visión y experiencia de su director Roberto Galicia, han hecho posible la apertura de este nuevo espacio para las artes. El valor de esta iniciativa privada no tiene equivalentes en nuestro país: han logrado desarrollar una iniciativa cultural autónoma y conseguir el apoyo tanto de la empresa privada como del estado en beneficio de la colectividad.

¿Cómo nos vemos beneficiados? El nuevo Museo permitirá a los visitantes formar conciencia de los intereses comunes que dibujan nuestro sentido de humanidad compartida a partir de los objetos de arte exhibidos. MARTE será el espacio tan deseado, no solo de exhibición sino también de reflexión y critica artístico-cultural.

Galicia dice: “Abrimos una puerta hacia el pasado: ya es el momento de empezar a documentar y a revalorizar la obra nacional; y otra puerta hacia el presente, porque estamos abiertos a los nuevos lenguajes... “ Y tienen sentido sus palabras, pues el arte solo señala posibles caminos.

Ahora será interesante observar como la Sala Nacional en el Parque Cuscatlán, desprovista de su razón de ser, se reconfigura para convertirse en sede de un movimiento joven orientado hacia el arte público.

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